El amor tóxico
Generalmente, cuando nos enamoramos, nuestro deseo es estar felices la mayor cantidad de tiempo posible. Estar con la persona amada, compartir con ella, brindar y recibir atenciones, mimos y alegría es lo que anhelamos a diario, pero no en todos los casos las cosas suceden de esa manera. Existen relaciones que en lugar de felicidad solo producen dolor y sufrimiento. Ese amor que no nos satisface, que nos hace sufrir y en el que son más las tristezas que las alegrías es el que se define como un amor tóxico.
El motivo
Tener baja autoestima, necesidad de afecto, aburrimiento, necesidad de aceptación o miedo a la soledad, son algunos de los factores que pueden llevarnos a embarcarnos en la aventura de un amor tóxico. A veces pensamos que no nos merecemos a alguien que nos valore, que nos quiera y nos respete por lo que somos, o quizás que ya no estamos a tiempo para esperar algo mejor y terminamos en los brazos de personas que no son necesariamente las más indicadas. Inclusive, podemos encontrarnos con alguien que posee aún menos autoestima que nosotros y entonces considerar que estamos en la obligación se rescatarlos de su situación.
Merecemos lo mejor
Siempre debemos pensar que nos merecemos lo mejor: el mejor empleo, la mejor casa, el mejor carro, los mejores amigos, la mejor familia y por supuesto el mejor amor. No tenemos por qué soportar ni cargar con una relación que no nos beneficia, que nos desgasta y nos entristece solo por el hecho de estar acompañados. Hay que tomar en cuenta que al final del camino, cuando nos demos cuenta del error que estamos cometiendo, será preferible quedarse solo que en mala compañía.
Si nos encontramos atrapados en este tipo de relación y no nos sentimos capaces de salir de ella por cuenta propia, es recomendable buscar ayuda profesional.
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